Lamentamos profundamente comunicar el fallecimiento el pasado 29 de enero de Hugo Dionisio, ¨el profe¨, creador de las ilusiones y sueños de muchos socios del Club en su juventud que compartieron sus aventuras en la La Lonja.
Vicente Ojeda nos compartió un relato en su recuerdo y lo compartimos aquí.
HUGO RUBEN DIONISIO, EL NUMEN DE LA LONJA
Se iniciaba la década del 70 del pasado siglo y la Escuela Juvenil de Montaña del CAB, por entonces Grupo Juvenil de Excursiones, iba creciendo de año en año, cuando el Dr. Raimundo “Rem” Guthmann, principal impulsor y organizador de la misma, propuso incluir en las actividades de los chicos la realización de campamentos organizados que incluyeran clases de natación. Propuso también designar para llevar adelante el proyecto al Profesor Hugo Rubén Dionisio al que presentó como un reconocido experto en la materia.
La Comisión Directiva encontró altamente plausible la idea, máxime cuando era notoria la falta de formación en materia de natación entre la juventud y la niñez. Tampoco existían natatorios públicos o privados. Esta era una aptitud que se estimaba fundamental para la preparación de montañeses que realizaban la práctica de su deporte entre ríos y lagos por lo que la iniciativa fue aprobada.
El lugar elegido debería tener las condiciones apropiadas donde fueran posibles las actividades previstas.
Oportunas gestiones hicieron que la familia Jones/Frey otorgara el permiso para realizarlo en su estancia La Lonja a 35 kms. de Bariloche por la ruta 237, sobre la margen del Rio Limay. Allí se dio una hermosa conjunción cual fue la gran cooperación de Dolly, la segunda hija de Don Emilio Frey y la capacidad profesional del Profesor Dionisio que más allá de su versación técnica tenía un extraordinario dominio de las relaciones interpersonales. Se armó el campamento a orillas del Arroyo Corral a pocos metros del Casco de la Estancia y del Rio.
Dionisio, muy bien asistido por su esposa, la también Profesora Cora A. Mercau pudo completar un exitoso programa merced a la gentileza de Dolly que facilitó su pileta para las prácticas y así aquel pequeño primer grupo pudo llegar al test final cual era nadar en el mismísimo Limay.
Este resultado potenció el programa y el comodato otorgado por los propietarios permitió construir una importante Pileta de Natación aprovechando el agua del Arroyo Corral. Conformó el conjunto un Quincho Comedor y un grupo sanitario, todo de acuerdo con la planificación de Hugo, siendo inaugurado un día de Reyes Magos, el 6 de enero de 1973. Las obras fueron realizadas por el Departamento de Construcciones del CAB dirigido por Manuel Puente Blanco, a quien secundaban Víctor Enevoldsen y Armando Ojeda con el asesoramiento del Arquitecto Mario Pozzo.
De allí en adelante se sucederían los Campamentos todos los veranos, cada vez con mayor participación, divididos ahora por categorías según la Escuela Juvenil de Montaña. La duración era de 15 días por grupo. Fue sin duda uno de los programas más valiosos del Club Andino Bariloche y uno de los de mayor trascendencia para muchos socios de la Institución.
Transcurrido cada Campamento Hugo presentaba un detallado informe y cada participante tenía su evaluación personal. El programa incluía entonces una formación integral, natación en pileta y río, campamentismo, caminatas, vivaqueo y cuidado de la naturaleza, completando la instrucción de la Escuela de Montaña. Realizó también una serie de filmaciones que documentaron el trabajo realizado. Aquellos discípulos que se destacaban solían actuar como asistentes en otros grupos.
Ha transcurrido ya medio siglo desde su creación y hoy ante la definitiva partida de Hugo Rubén Dionisio llega el momento de recordar el trabajo que realizó junto a su esposa como queda dicho y a numerosos colaboradores entre los que hubo un formidable jefe de campamento y cocinero , nada menos que Otto Meiling.
Dionisio y La Lonja son hoy un sinónimo, sin perjuicio ello, del también excelente trabajo de otros Directores que lo sucedieron.
Leemos hoy un mensaje de un niño de aquel entonces en el que deja traslucir con diafanidad los felices recuerdos de aquellas vivencias. Ello certifica que aquel maestro supo dejar en sus discípulos una provechosa enseñanza y una semilla de fecunda fructificación. Hoy aquel niño es Presidente del Club Andino Bariloche.
Pero Hugo después de esa etapa siguió siendo un activo colaborador del CAB. Representante ante la FASA integrando su Comisión Directiva. Siempre un entusiasta y eficiente gestor de aquellos trámites que la Institución debía realizar en Buenos Aires, generosidad ésta que extendió al ámbito personal de los muchos amigos que hizo en Bariloche. Tuvo siempre especial disposición para asistir a sus exalumnos cuando debían instalarse en Buenos Aires para estudiar. Desde su posición de Asesor del Senador Nápoli y otros fue un gran trabajador en pro del deporte. Fue miembro del Comité Olímpico Argentino.
Sin embargo para quienes compartimos aquellos lejanos tiempos será siempre el gran camarada, el numen de La Lonja .Si pareciera que todavía hoy el Arroyo Corral canta aquel “Levántate montañero que ya nació la alborada……..” imitando a las blancas voces de los coros campamenteros de La Lonja.
San Carlos de Bariloche, 1 de Febrero de 2022.
Los Profesores Hugo R. Dionisio y Cora A. Mercau, con uno de su hijo Norman, también Profesor y Kinesiólogo, en una foto reciente.