El domingo 8 de enero nos fuimos para el Este. La propuesta fue ir a caminar por una quebrada en la zona de Cuyin Manzano. Si bien la mañana se mostró fresca y lluviosa, el sol se entrometía cada tanto entre nube y nube brindándonos la esperanza que el día seria prometedor y cálido.
Cuando llegamos a Confluencia, doblamos en dirección a Villa Traful comenzando a disfrutar la espléndida vista de cañadones, cuevas, y oquedades que nos presentaba el paisaje al pasar de los autos. Al llegar al puente sobre el Río Cuyin Manzano, doblamos por un camino vecinal hacia la comunidad con el mismo nombre.
Una vez que llegamos al inicio de la quebrada, comenzamos a caminar siguiendo el curso de un arroyo que se introducía en el corazón de valle. Nos llamó la atención el aroma intenso.
Una mezcla de perfumes a flores, hierbas y tierra mojada por la lluvia. Resultó ser un paseo en el cual hubo toda variedad de climas: lloviznas, sol, fresco, calor y ganas de seguir adelante ante la promisoria perspectiva que se asomaba a lo lejos que consistía en una formación rocosa semejante a un castillo medieval con su imponente torreón.
Transitamos por una senda rodeada de especies vegetales típicas del bosque de transición andino patagónico, donde se podía apreciar plantas características de la estepa como el coirón, neneo, calafate, espino negro, etc. Así como otras del bosque andino: cipreses, coihues, maitenes, radales, etc. Almorzamos a la orilla de un ruidoso arroyo para luego emprender el regreso. Al concluir el itinerario de casi aproximadamente 10 km, compartimos la merienda y saboreamos las exquisiteces con las que habitualmente contribuyen los integrantes de las CBD, aportando de este modo a un cierre perfecto de un paseo increíble más.
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